sabor a wilde.

lunes, 26 de mayo de 2008



HÉLAS!


Con cada pasión a la deriva hasta que mi alma

sea un laúd en cuyas cuerdas todos los vientos tañen.

¿Para esto renunciéa mi sabiduría antigua ya mi austero control?

Mi vida es un palimpsesto

garabateado en alguna vacación de muchacho

con canciones ociosas para flauta y rondó

que solamente ocultan el secreto del todo.

Por cierto que hubo un tiempo cuando osé pisar

las alturas soleadas y de las disonancias de la vida

logré claros acordes para llegar al oído de Dios.

¿Está muerto ese tiempo? Mirad, con mi pequeña vara

apenas toqué la miel del romance,

¿y debo yo perder la herencia de un alma?


oscar wilde

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